Empecé a caminar. No llevaba mal ritmo, era agradable. Sólo miraba al frente, creía que mirar hacia los lados no me llevaría a lado alguno.
Aceleré un poco, porque empezaba ha hacerse monótono.
Cada vez iba más rápido, la inercia de la velocidad me obligaba a correr más deprisa, si aminoraba se me trabarían los pies y caería sin más.
Más rápido.
Mas deprisa.
Más...más...más...
Me falta el aliento, pierdo al cabeza, no sé cuanto tiempo llevo así, corro. Corro. Corro. No sé dejar de correr. No sé parar.
Siempre supe que ser un hámster sería duro, pero no pensé acabar así.
domingo, agosto 12, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
¿Cómo, acabar así? ¿Ya llegaste?
Un saltito y sales fuera del rodillo (o como se llame el juguetito de los ratones :P)
Publicar un comentario