lunes, mayo 14, 2007

Entre bambalinas

Se encienden las luces. Tablas bañadas por tonos rojizos, volviendo al aire cuchillos afilados que poco a poco cortan la respiración. Silencio ingenuo pero a la vez provocativo. Corazones que bombean en diferentes direcciones y con diferentes destinos. Ojos atentos y expectantes. Comienza la historia.
Un sonido suave de oboes arranca de cuajo al silencio, y en medio de la transformación una voz rota comprime los pulmones que durante unos momentos dejan de realizar su función.
Compases lentos, compases rápidos, pero en ambos casos un impactante dos por cuatro fácil de diferenciar. Almas capaces de sentir soñando y de hacer sentir mirando. Almas que consiguen hacer tiritar a la humanidad, almas que consiguen enamorar con una mirada. Se siente su respiración. Se siente su tranquilidad, su serenidad. Se siente su satisfacción.
La música va cautivando. Las notas se van entrelazando como también lo hacen los colores y las formas que inundan el cuarto. Sus manos se entrelazan al igual que lo hacen sus miradas. Ya no existe vida entre los dos, sólo un comprimido ritmo de saxo que resuena en su interior. Lástima que esta haya sido la última función.

2 comentarios:

Safo dijo...

es como, empeiza sa leer y cada evz se te abren mas los ojos, se te abre al boca, te acercas cada vez más a la pantalla, se te dibuja una sonrisa y justo ahí.. se acabó. me acaba de recordar a melinda melinda, una pelid e woody allen =D sublime tu, y sublime él

AsDePiqas dijo...

padam, padam, padam

(edith piaf)