lunes, abril 23, 2007

Madrid I: Montera

Yo caminaba calle abajo, y ellas se apoyaban en las paredes de marmol recalentadas del calor, yo caminaba agarrada de mi bolso, y con una mano en el bolsillo, y ellas esperaban a que alguna mirada adinerada se posase en ellas. yo mientras pensaba en las cosas que me quedaban por ver, ellas pensabas en las cosas que necesitaban hacer para poder dormir en un colchon estable una noche mas. Yo me pregntaba que sentirias, y ellas se preguntarian cuando dejarian de sentir lo que siente... yo me planteaba que les habia llevado hasta aquella calle, y ellas se preguntarian, si no habria otra salida.
y cuando me iba alejando de ellas, un escalofrio recorrio todos y cada unos de mis pilares, de mis sentimientos, de mi forma de sentir de pensar... tan solo eran las diez de la mañana, y ya tenian visita las chicas de monteras, yo ni siquiera habia desayunado, y ellas ya se rifaban al primero en dejar el dinero en la mesilla de noche, yo ni siquiera habia sacado la primera foto, y una de ellas ya caminaba hacia cualquier hostal, donde tumbarse sobre sabanas limpias ( en el mejor caso) y dejar que el inversor haga con ellas lo que este acordado (en el mejor de los casos) y me fui alejando de ellas, de las muchchas de mirada trste y faldas cortas, me fui alejando de ellas, de las chicas con cabellos teñidos, y ropa interior provocativa, y me fui alejando de ellas, chicas con sueños rotos, chicas de tacones sin tapa, chicas de bolsos con perfumes quita aromas indesepables, chicas de bolsos con chicles de mentas, y pañuelos perfumados... me fui alejando de las "monteras" que ni siquiera tienen la oportunidad de caminar en su propio fracaso. Aquella era la calle Montera.

3 comentarios:

Smilegirl dijo...

A veces pienso en la de historias conmovedoras que compondrán sus sueños, su pasado; para tener que venderse en la frialdad de una calle, de un cuarto.

Promete mucho Madrid por lo que veo...^^

besitos!

Libelle dijo...

Yo no creo que haga falta el irse hasta Madrid para poder ver esas cosas...Es una parte triste de la realidad, de la sociedad en la que vivimos...

Es un ejemplo claro de que hay muchas personas que son capaces de evr a otros seres humanos simplemente como objetos carentes de sentimientosy y necesidades básicas ocmo lo son el cariño, el reconocimiento por los esfuerzos realizados... Venden su cuerpo porque es lo único que poseen.

AsDePiqas dijo...

Qué tierno, el mundo.