domingo, octubre 29, 2006
Recuerdos de una estraña
No destacaba sobre nada, pero quería que sus ideas se escucharan incluso más allá de donde han podido llegar las canciones bonitas.
Paseaba por aquella plaza, bajo la lluvia y le gustaba la sensación de frío, calor y nostalgia.
Tantas cosas pasaban por su mente... tantas y tantas que la mezcla de ellas resultó ser ella misma.
Decidió volver. A donde no se sabe, de donde tampoco pero quería volver, y para ella misma sus deseos son ordenes. Volvió.
Entró en aquella sala que parecía vacía, poco tardó en percatarse de que estaba llena de misterios, de acezantes angustias y de los gritos que el mundo susurraba bajo el miedo y la desconfianza. Y se dio cuenta de que ella también gritaba, pero no se daba cuenta de lo que decía, no se podía escuchar.
Y empezó a escucharse en la sala su pensamiento, todo lo que pasaba por su mente tras sus pupilas retumbaba en aquella sala, ahora también, llena de ella.
De repente le asaltó tu olor. Le resultaba tan curioso. No estaba enamorada de ti, nunca lo estuvo pero cada vez que le llegaba tu aroma, tan particular, tan tuyo, no podía evitar girar la cabeza y con la vista buscarte hasta el más allá. La dejaste tan marcada, podrías llegar a ser su referente. La motivaste, la hiciste feliz simplemente con tan poco, con esos pocos detalles que una vez el amor le pidió, tu se los regalaste sin pedirle nada a cambio.
Te echaba de menos. Te echo mucho de menos. Pero eso nunca se lo diría en voz alta, sería como reconocer que la has olvidado y eso no puede ser.
Se dio un poco por vencida y se volvió a centrar en el contenido vacío de aquella sala, siempre con al esperanza de que aparecieras tras cualquier pared, o tal vez luego cuando saliera estuvieras allí, por casualidad, y podría darte un abrazo.
Odiaba tanto ser así, odiaba depender del cariño que los demás le ofrecían sin querer ya que luego se daba cuenta de que no era suyo en realidad y le costaba hacerse a la idea de que era otra mentira más. Otra mentira de la engañosa realidad.
Se le pasó pro la cabeza como había de sentirse Platón, encerrado en el mundo sensible ansiando sus tan perfectas ideas, ¿tendría Platón la Idea del Amor?
Estaba enamorada, no de ti pero lo estaba, vivía de amor, respiraba amor y sin el creía no ser nada, nunca sabrá lo que es. Quería tanto al mar, se sentía parte de ella.
Echaba de menos tantas cosas. ¡Tantas! Extrañaba Madrid, y nunca la había visto, y Galicia, y el cantábrico. Y echaba de menos aquella noche bajo las estrellas con su amor, noche de un sueño de verano, cuando se reconciliaba con su amor y se perdían en él. Y echaba de menos los besos y las caricias de éste, perdidas tan sólo unas horas atrás, pero ya le dolían, casi que el arrancaban la piel los recuerdos.
Y cuando salí de aquella sala tú no estabas, ni estaba mi amor, ni tu olor ni sus besos, y estaba de nuevo sola, bajo la lluvia y con el calor de los recuerdos que no me quieren olvidar.
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1 comentario:
*.* *.* *.* *.*
Es MARAVILLOSO, me encanta, de verdad...
Esas son exactamente las palabras, las razones, los porqué si, y los porque no....
Has descrito cosas con las que me siento totalmente identificada...
Es precioso, Safo..(K)(K)
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