Cadena de bohemios

Ya que en este blog escriben personas tan dotadas y magníficas a la hora de expresar sus sentimientos, me gustaría proponeros algo para hacer entre todos, una idea que os va a gustar:
Usar este post para mezclar nuestras palabras y nuestros estilos y crear así algo que cada uno por sí sólo no sería capaz de hacer, un relato de todos.


Me explicaré:
Empezaré a escribir una historia que dejaré sin acabar. Será una historia especial, porque todo lo que suceda en ella estará encandenado. Si en algún momento se nombra un pájaro azul, ese pájaro azul reaparecerá más adelante en el relato de una manera inesperada.
Entre todos iremos continuando el relato mediante comentarios en el blog, y cuando haya suficientes los reuniremos todos en un post más extenso.


Comienza la historia

Se ha fundido otra vez la bombilla del faro. Fui a buscar el repuesto al sótano, pero alguien de arriba se ha despistado y ha traído bombillas de emergencia de un diámetro demasiado pequeño para la máquina. He tenido que llamar a Puertos y decirles que necesito un set de repuesto con urgencia. Me han contestado que tienen que traerla desde Barcelona, y que no estará aquí por lo menos hasta dentro de cuatro días. He mirado en el calendario, y he visto que dentro de ese tiempo será Martes 13.
Con ayuda de Aarón, mi hijo sordo, he estado recogiendo madera toda la mañana para hacer hogueras que avisen a los barcos de que la costa está cerca. Hemos trabajado todo el día y toda la tarde, y al final hemos conseguido amontonar pilas de aproximadamente un metro. Deberían ser visibles si los marinos están atentos.
Esperé a que atardeciera para mandar a Aarón a casa. He prendido fuego a todas las pilas de madera y ahora vuelvo sobre mis pasos. Es curioso. Parece que hay dos rastros en vez de uno por el lugar que vine.
Sonrío al recordar las historias que mi abuelo -farero como yo- me contaba en las noches de lluvia. Seres extraños salidos del océano que venían a adorar a su Dios sobre la superficie. Qué tiempos aquéllos.